Reflexión acerca de "Monje - ayuda de escritorio"

*Miren el vídeo "Monje - ayuda de escritorio": escriban las reflexiones que les surgen, relacionadas con el cambio en los soportes y tecnologías de la comunicación. ¿Qué relación o asociación de ideas pueden hacer con el presente? Describan un momento en su vida en que se hayan asombrado por el acceso a un medio o forma de comunicación nuevos para ustedes.

Cuando vi el vídeo de el  "Monje - ayuda de escritorio" me causó mucha gracia al instante porque me hizo sentir identificada en muchos momentos que atravesé con la tecnología, yo fui y creo que muchas veces sigo siendo Ansgar (el personaje que no sabia usar el libro), más aun en este contexto de pandemia donde la tecnología es casi indispensable para poder avanzar en diversos espacios, pero principalmente, un momento que recuerdo mucho fue cuando me regalaron mi primera computadora. Yo habré tenido unos siete u ocho años. Conocía las computadoras que usábamos en la escuela, pero nunca salíamos de los clásicos programas de juegos. Chicos y chicas, que son de mi generación  entenderán a lo que me refiero, ya que la nuestra fue más bien la última que no (como me gusta decir a mí)  “nació con un celular en la mano”. La tecnología la veíamos casi de lejos, no nos llamaba demasiado tanto la atención; preferíamos jugar con los chicos/as del barrio, con nuestros/as primos/as o con nuestros compañeritos/as de la escuela. Yo amé mi infancia principalmente por eso, no recuerdo ese exceso de tecnología que vemos tan común hoy en día en la vida cotidiana de los nenes y nenas de tan temprana edad, no era algo naturalizado.

Hoy en día observo a la nueva generación y a las nuevas infancias, veo cómo estos objetos tecnológicos muchas veces los atrapa, los vuelve hasta adictos, les quita gran tiempo del día (y en esto último me incluyo). Esto es algo que me cuestiono muchas veces y me pregunto una y otra vez ¿cómo fue que llegamos a ser ‘seres tecnológicos’? y ¿'en qué momento'? Simplemente nunca logramos darnos cuenta porque ya estábamos inmersos, casi inevitablemente. Eso es porque debemos de estarlo, si no lo estamos, no nos sentiríamos parte y si nos sentimos parte ya no nos sentiríamos ‘seres sociales’. Pero esto ahora va de la mano con un ‘ser tecnológico’, el inevitable y el nuevo, el que nació con la tecnología y  las redes sociales, el que nos brinda esa NECESIDAD de querer ser parte. Porque ser social y ser tecnológico hoy en día son inseparables.

Algo novedoso para mí, como cuento más arriba, fue mi primera computadora. No lograba entenderla, tenía miedo de tocar algo incorrecto y “que se rompa”. Pero esto es algo que nos pasa a todos y todas supongo yo, ese miedo a lo desconocido y a lo nuevo. El tiempo hizo que me diera cuenta que esto no era así, y que si quería usar el regalo que mi mamá y mi papá nos hicieron a mí y a mi hermano debía empezar a entender que lo desconocido no siempre es algo a lo que tenemos que temer.

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