Charla TED de Sherry Turkle: ¿Conectados pero solos?

Sherry Turkle comienza su presentación haciendo una reflexión acerca de las nuevas formas de relacionarnos los seres humanos, a partir de la nueva digital que nos atraviesa. Comienza su relato diciéndonos que cuando ella dio su primera charla TED, su hija tenía 5 añizaje y avance de la sociedad a partir de la misma. Hoy en día su hija con 20 años (año 2012) y con la tecnología más avanzada que la sociedad, no sigue con la misma perspectiva e ilusión que tuvo cuando arrancó su carrera. ¿Pero a raíz de qué le sucedió esto? En la medida en que nos volvimos dependientes de esta tecnología, porque estos poseen (más específicamente el que llevamos con nosotros a todos lados: el celular) la capacidad de “cambiar no sólo lo que hacemos, sino también lo que somos”. Nos acostumbramos y hacemos cosas que antes ni siquiera se nos hubieran ocurrido con estos dispositivos, como por ejemplo enviar textos o entrar en redes sociales durante una reunión de trabajo.

Otro aspecto que Turkle plantea es el estar conectados, el estar juntos, pero sin estarlo. Muestra una foto de su hija y amigas en donde están compartiendo un mismo espacio, todas juntas, pero ninguna despega el foco de atención del teléfono celular por ende tampoco hacen contacto visual entre ellas mismas; no entablan una conversación o no comparten un momento.

Estos dispositivos además, nos alejan de las emociones, lo que consecuentemente nos lleva a entrar en la problemática de relacionarnos con los otros y con nosotros mismos. Nos estamos acostumbrando a estar juntos en solitario y a querer estar en diversos lugares a la vez. Nos convertimos en personas impacientes, que preferimos estar con el dispositivo, en vez de entablar una charla con otro u otra. Esto último se da porque las conversaciones cara a cara no se pueden controlar como sí lo permite el dispositivo.

A partir de la tecnología, las relaciones humanas se volvieron más superficiales, ya que, estas no sirven para conocernos, entendernos y transmitir nuestras verdaderas emociones. No sirven como un dispositivo de aprendizaje. Ponemos en peligro nuestra capacidad de autorreflexión, dirá Turkle.

Personalmente yo estoy de acuerdo con Sherry Turkle, pero difiero en el punto en el que ella plantea, que esperamos más de la tecnología que de los demás. Dudo que un dispositivo técnico pueda brindarme lo que me enseña un profesor/a o que pueda entablar algún tipo de relación afectiva que solo se medie por este.

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